sábado, 8 de enero de 2011

Mi paseo por la Unidad Vecinal Nº 3

Hace unas semanas, tuve la suerte de pasear por la Unidad Vecinal nº 3 (UV3) junto a don Antonio Rengifo, destacado intelectual y vecino fundador de este complejo habitacional. Mi objetivo era conocer de una fuente de primera mano, como don Antonio, la historia de uno de los proyectos urbanísticos más nobles del siglo XX en nuestro país. Digo noble pues la idea implícita en la concepción, diseño y construcción de este complejo habitacional era, y es, que la arquitectura sirva a la felicidad de las personas que habitan un espacio determinado.

Para los que no conocen, la UV 3 comprende alrededor de 35 hectáreas y tiene como límites al campus de la Universidad de San Marcos, la avenida Universitaria y la avenida Oscar R. Benavides (Colonial).
   
La UV 3 fue parte del plan de vivienda del Frente Democrático (1945-1948) que llevó al gobierno a don José Luis Bustamante y Rivero.  En aquel entonces, un joven arquitecto fue elegido diputado por la lista parlamentaria del Frente; se trataba de Fernando Belaunde Terry. Él, junto a un destacado grupo de profesionales, elaboró el plan de vivienda del nuevo gobierno. Este plan pretendía, entre otros puntos, la construcción de complejos habitacionales a lo largo de los ejes industriales en la ciudad, para mitigar el problema del hacinamiento y la tugurización de la vivienda popular en la capital de mediados del siglo XX.
  
Según don Antonio, la idea original de la construcción de las unidades vecinales para los trabajadores provino de los urbanistas ingleses de la segunda posguerra mundial. Al reconstruir Londres luego de los bombardeos, ellos diseñaron conjuntos habitacionales que contaban con todos los servicios de una gran ciudad en un espacio limitado. De tal modo que el habitante no requeriría movilizarse a grandes distancias para satisfacer sus necesidades de trabajo, alimentación y esparcimiento.

El proyecto de Belaunde y el grupo de expertos era la creación de unidades vecinales cerca de los grandes centros fabriles de la capital y del puerto del Callao. Estas unidades se caracterizarían por bloques de edificios rodeados por grandes cinturones de áreas verdes de usufructo común y caminos peatonales convergentes.
  
En el libro Origen, apogeo y crisis de la Unidad Vecinal Nº 3 (2010) de Hugo Olano Flores, otro distinguido vecino de la UV 3 y profesor universitario, se presenta detalles de la historia del espacio urbano en donde se construyó este complejo habitacional. Se indica que la UV 3 se levantó en los antiguos terrenos del fundo Aramburú en un área aproximada de 35 hectareas y con la capacidad de albergar a 1112 familias provenientes de sectores populares. Los linderos eran la avenida Mariscal Benavides (Colonial), Venezuela y otros fundos vecinos.  El agua se extraía del mismo subsuelo de la Unidad y existían amplias áreas verdes entre bloque y bloque. Olano Flores apunta:

             …Pequeña ciudad donde sus habitantes sin salir de la Unidad podían encontrar todo lo necesario […] miniciudad donde las familias y los niños recorrían el vecindario, libres de la contaminación ambiental y el peligro, al quedar el automóvil limitado al estacionamiento periférico. (Olano Flores: 46)
El diseño de la UV 3 comprendía servicios de seguridad (comisaría), educación (un jardín de infantes y dos colegios), alimentación (mercado con frigorífico y pozo de querosene- combustible doméstico de la época-), esparcimiento (pista atlética, tres losas deportivas, cancha de futbol, piscina), religiosos (capilla), esparcimiento (cine), salud (posta médica) y gestión (salón comunal y locales de agremiación como los del club de jubilados, los clubes deportivos y junta vecinal). Hoy varios de estos servicios se encuentran abandonados pero si los vecinos se volvieran a organizar los podrían volver nuevamente útiles para la gran población que alberga este complejo habitacional.

  Olano Flores señala que la razón para construir primero la UV3 fue de índole práctica: el gobierno de aquel entonces había logrado la expropiación de los terrenos y estaba decidido a invertir dinero del tesoro público para su construcción.

Por aquel entonces otras unidades vecinales habían sido diseñadas, pero el golpe de Estado del general Odría en octubre de 1948 truncó dichos proyectos.  Sin embargo, Olano cuenta que los actuales complejos habitacionales de Mirones y Palomino serían las unidades vecinales nº 1 y nº 2 (Olano :45). Lo que no queda claro son las razones de las grandes diferencias en el diseño y construcción de estos dos últimos complejos con la UV# 3.
  
Por estos días he empezado mi proyecto a mediano plazo, de mudarme de departamento. Aquellos que he visto por mi distrito (Pueblo Libre) los encuentro pequeños, con escasas áreas verdes comunes e inexistentes servicios de recreación cercanos. Veo que se están levantando  edificios enormes con gran cantidad de departamentos que me demuestran la codicia de los constructores y la ausencia de decisión política de los municipios por hacer prevalecer la viabilidad humana y los espacios públicos frente a esta vorágine constructora sin planificación y proyección al futuro. Ojalá rescatemos la idea que subyace en la Unidad Vecinal nº 3: la arquitectura sirve, por sobre todo, para dar felicidad a los seres humanos.

Antonio Cajas Rojas

3 comentarios:

  1. El Ingeniero Cesar Augusto Cayo Murillo con su Empresa Constructora Cayo Murillo fue uno de los constructores de la Unidad Vecinal N.3

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  2. Hola. Alguien sabe donde se puede conseguir el libro de Hugo Olano Flores?

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  3. Hola, quisiera conseguir el libro de Hugo Olano.

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